"Te puedes sentar, viajero, en esta casa de piedras: es tarde tal vez bajo tu bandera, en tu patria. Aquí siempre es temprano y el fuego está por encenderse (...) Tú, si quieres permanecer o disolverte, puedes hacerlo. Lo único que se exige es azul"

Estas palabras de Pablo Neruda me parecieron oportunas y cálidas para darte la bienvenida. Sean, entonces, la puerta de entrada a mi casa de palabras. Con ellas y las de Octavio Paz comenzamos a navegar.

..... " La poesía /siembra ojos en las páginas /siembra palabras en los ojos /
..... Los ojos /se cierran. /Las palabras se abren."

viernes, 29 de abril de 2011

¡Albricias! Literatura para bebés

Es importante que el niño se familiarice ya desde bebé con el objeto libro, nos dicen. Libros para mirar, para aprender a pasar las hojas, para estimular sus sentidos, para aprender nociones de arriba y abajo, adentro y afuera, colores, números.
Indudablemente es importante esta función didáctica de los libros. Pero...¿por qué circunscribirse únicamente a ella? ¿No estaremos olvidando que la literatura -y la poesía- constituyen un derecho de todas las personas, más allá de las distinciones de sexo, nacionalidad, clase social y edad? ¿No le estaremos escamoteando a los más chiquitos ese derecho?
Los bebés también son personas y tienen derecho a la poesía. Al menos así lo han entendido las muchachas de Kalén Juguetería que con corazón bien dispuesto y manos mágicas se abocaron a crear un inusual libro para bebés.



¡Qué disparate! dirán algunos. ¿Qué puede entender un bebé de este tipo de poemas? Los temas deben ser cercanos al niño: los juegos, los animales, la familia. Si hay una jirafa, abajo debe decir jirafa ( ¿cuán cerca de un bebé están las jirafas? ) pero términos como arrebol albricias son absolutamente incomprensibles para un chiquito. ¡Como si fueran comprensibles, a esa edad, las palabras sol o nube! No por ser comunes y de grafía más simple son más adecuadas.

Pero veamos, paso a paso, el libro en cuestión:




¿Qué percibe el niño de este texto? Supongo que el tono, alegre, optimista, de quien le lee, colores cálidos o fríos, que dan cada uno su mensaje -aunque no sepamos que se llaman rojo y azul- la música de las palabras, dada por la métrica, la rima, las aliteraciones - que por algo Lope de Vega es llamado el Príncipe de la lengua-.
Y el significado se va abriendo paso naturalmente, sin explicaciones. El niño al que le lean este poema de bebé incorporará una palabra tan rotunda y sonora, tan coherente fonética y semánticamente como albricias, de la única manera posible: por su contexto. Para siempre la palabra albricias quedará unida a un momento de alegría, de sorpresa, de poder tomar el sol con las manos. No tendrá que buscarla en el diccionario, cuando sea mayor y vaya a la escuela, y emplearla en tres oraciones.
Pero más allá de este enriquecimiento del vocabulario -que se da por añadidura- este niño está ejerciendo, desde la cuna, su derecho a leer literatura. Y no es poca cosa.
Lope de Vega para bebés, pues. En Montevideo. Gracias a Kalén por valorar de esta forma la sensibilidad de los bebés.

2 comentarios:

  1. Mercedes, fue un placer. Ya estamos pensando en hacer algún otro :)

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  2. "el derecho a la poesía" gracias Mercedes y Kalenas por valorar las "otras formas",lo compartimos

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