Cuando hace un tiempo releímos con niños de segundo año el cuento de Caperucita Roja, las opiniones se dividieron en torno a la figura del lobo. Mostrando su espíritu crítico algunos niños adujeron que la historia había condenado muy apresuradamente y para siempre a la fiera, y que era necesario darle una segunda oportunidad. De modo que se improvisó en clase un juzgado donde juez, acusado, víctima y testigos se enfrentaron y argumentaron para aclarar, de una vez por todas, la situación.
Si recrear significa, además de divertirse, producir una cosa nueva a partir de otra ya existente, ese día la recreación se dio en todo sentido. Y con todas las de la ley.
He aquí la desgrabación del juicio:
Juez: -Se va a juzgar al lobo por tres cosas: comerse a la abuelita, querer comerse a Caperucita y engañar a Caperucita. Pase a declarar Caperucita. Cuente cómo pasó.
Caperucita: -El lobo se comió a mi abuela y después se disfrazó y me quiso comer a mi.
Juez: -¿Cómo sabe que se comió a su abuela? ¿Usted lo vio?
Caperucita: -No, pero estaba gordo y la abuela no estaba en la cama; era él disfrazado que me quiso engañar.
Juez: -¿Y cómo sabe que se la quiso comer?
Caperucita: -Porque me corrió y yo disparé.
Juez: -Puede retirarse. Pase la abuela. ¿El lobo se la quiso comer?
Abuela: - No, hicimos un trato, yo esta escondida.
Juez: - ¿Por qué se escondió?
Abuela: -Para darle una lección a Caperucita porque ella estuvo mal.
Juez: -¿El lobo quiso comerse a Caperucita?
Abuela: -No, sólo la quiso asustar.
Juez: -Puede retirarse, pase a declarar el cazador. ¿Qué pasó?
Cazador: -Yo sentí ruido en casa de la abuelita y fui y vi que el lobo corría a Caperucita.
Juez: ¿El lobo se la quería comer?
Cazador: No sé, él la corría.
Juez: ¿Y la abuelita?
Cazador: -No sé, no la vi.
Juez: -Puede retirarse. Pase el patito del bosque. ¿Usted vio lo que pasó?
Patito: -Sí, yo vi que el lobo hizo un trato con la abuela.
Juez: -¿Cómo lo vio si ellos estaban adentro de la casa?
Patito: -Por la ventana.
Juez: -Pero la ventana tenía las cortinas corridas.
Patito: - Sí, pero estaban los vidrios abiertos y yo escuché.
Juez: -Entonces no vio nada, sólo escuchó.
Patito: -Sí, escuché.
Juez: -Y si no vio ¿cómo sabe que eran el lobo y la abuelita?
Patito: -Me di cuenta por la voz.
Juez: ¿Así que el lobo no se comió a la abuelita?
Patito: -No, hicieron un trato.
Juez: -Puede irse, pase el lobo. ¿Usted quiso comerse a la abuela?
Lobo: -No, sólo hice un trato con ella.
Juez: -Caperucita dice que usted estaba gordo.
Lobo: -Sí, porque había comido muchas galletitas.
Juez: -¿Por qué hizo un trato con la abuela?
Lobo: -Para darle una lección a Caperucita.
Juez: - ¿Por qué quiso darle una lección a Caperucita?
Lobo: -Porque ella entró en mi bosque sin permiso, gritando como una loca y vestida rara. (risas en la sala)
Juez: -Orden en la sala porque si no se van todos. ¿Cómo estaba vestida?
Lobo: -Roja, y yo la quise asustar para que aprendiera a respetar.
Juez: -¿Ella no lo respetó?
Lobo: -No, se burló de mi
Juez: -¿Qué le dijo?
Lobo: -Que tenía las orejas grandes.
Juez: -¿Usted se la quiso comer?
Lobo: -No, la corrí para asustarla.
Juez: -¿Y la engañó diciéndole que era la abuela?
Lobo: -Eso sí.
Juez: -Puede retirarse. El juez va a pensar (se retira. Regresa) El juez pensó que el lobo es inocente de querer comerse a Caperucita, inocente de comerse a la abuela y culpable de engañar a Caperucita. Así que no va preso pero tiene que lavarle la ropa a Caperucita todos los días y no engañar nunca más a nadie
Los implicados firman el acta
"Te puedes sentar, viajero, en esta casa de piedras: es tarde tal vez bajo tu bandera, en tu patria. Aquí siempre es temprano y el fuego está por encenderse (...) Tú, si quieres permanecer o disolverte, puedes hacerlo. Lo único que se exige es azul"
Estas palabras de Pablo Neruda me parecieron oportunas y cálidas para darte la bienvenida. Sean, entonces, la puerta de entrada a mi casa de palabras. Con ellas y las de Octavio Paz comenzamos a navegar.
..... " La poesía /siembra ojos en las páginas /siembra palabras en los ojos /
..... Los ojos /se cierran. /Las palabras se abren."
Estas palabras de Pablo Neruda me parecieron oportunas y cálidas para darte la bienvenida. Sean, entonces, la puerta de entrada a mi casa de palabras. Con ellas y las de Octavio Paz comenzamos a navegar.
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..... Los ojos /se cierran. /Las palabras se abren."
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