Que las palabras se hagan canciones

La olla mágica

Con un poco de arena

y una sortija

voy a hacer un poema

y una vasija.

Y mi anillo encantado

pondrá los sones

para que mis palabras

se hagan canciones.

Y que el mundo se asombre

cuando el cacharro

cante-cuenti canciones

de magia y barro. 
                              Elena Pesce

                                                                   de Instantáneas con voces y risas

Cuando leí este poema de Elena Pesce recordé -tal vez por la alusión al cacharro- aquella "Ventana sobre la memoria" de Eduardo Galeano, en que el alfarero que se inicia recibe, de manos del que ya se retira, su obra maestra. Y no la recoge para contemplarla y admirarla sino que la rompe en mil trocitos que incorpora a su vez a su propia arcilla para construir una vasija nueva.

Se me ocurrió entonces que, partiendo de su palabra de barro y magia, yo debería hacer mi propio cacharro. 

Y fue así que escribí:

 Con el cacharro brujo

que me dio Elena

voy a hacer una noche

de luna llena.

Y a la luz de la luna

vendrán los gatos

con dibujos de sueños 

y garabatos.

Y entre voces y risas

siempre jugando

ella vendrá de nuevo

cuenti-cantando!

Sí, que las palabras se hagan canciones. Es el deseo de todos los poetas.