Hoy, escuchando el disco de Gato Peludo que me regalaran, volví a plantearme lo mismo. ¿Por qué esta música es "para niños". No porque crea que los niños no son destinatarios válidos sino porque ¿con qué derecho se nos escamotea a los adultos la oportunidad de disfrutar y emocionarnos, sin sentir que estamos invadiendo un territorio ajeno?
Junto al regalo del disco recibí la nueva edición de Azul es el color del cielo, que Magdalena Helguera me dedicara, afectuosamente. Es la historia de Leopoldo, un niño que, en un mundo en que todos miran hacia el suelo, se empeña en levantar la cabeza y mirar hacia arriba.
En la presentación del disco de Gato Peludo se lee: Los gatos y los niños se parecen. Andan con las manos en el barro y con los ojos en el cielo.
¿Casualidad? ¿O será justamente por eso que ésta es música para niños? ¿O tal vez simplemente porque era necesario poner el disco en una categoría determinada para nominarlo al Premio Graffiti?
Sea como sea, la de Gato Peludo es música grande. Si quieren comprobarlo, consigan el disco y escuchen -¡vaya paradoja!- Pequeña canción:
...hay un mapa
en las venas de esta tierra.
Y tú saldrás a buscar
y tú saldrás porque eres
un niño chiquitito.
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