Un libro de recetas no tiene, en principio, ninguna relación con los temas de este blog. Pero si el libro en cuestión es "Delícias de Doces Do Barraco" y su autor es "El Carioca", como conocemos todos en Laguna Merin a João Wilney Franco, ya el asunto cambia.
Porque pocos libros de recetas comienzan con citas de Montaigne y de Pessoa que aluden a la multiplicidad de seres que existen en uno mismo mezcladas con fórmulas secretas para "não chorar ao cortar as cebolas". Y no son citas al azar: El Carioca, O Gaúcho, El Camaleón -nombres todos del mismo mutante personaje- han hecho de ellas su filosofía de vida y transitan metamorfoseándose por los distintos escenarios de la existencia, siempre libres y dueños de su destino.
Es que éste, además de un libro de recetas es, como señala Zero Hora: "um livro de exaltaçao à vida, a mais nobre das atividades, é un mergulho na tarefa de ir muito além, de transformar o aparentemente efemero em perene, de revelar as entranhas de que muitas vezes é visto de forma apressada, enviesasa e superficial"
Y El Carioca, que en una de sus muchas vidas fue fotógrafo renombrado en diarios de Río de Janeiro, aprendió a mirar, fotografiando.
Porque es una mirada conocedora de la gente y del mundo, una mirada sabia, poética y solidaria, la que permite, por ejemplo, ver y narrar así esta historia:
O assalto
Cheguei para apanhar meu carro, o assaltante tambem, ele me disse não liga o carro e eu disse porque, o carro é meu, e ele disse, insinundo que tinha um arma, é um assalto e eu disse mostra a arma, porque no grito não leva.
O dialago continuaba e començou a juntar gente, ele ficando cada vez mais nervoso, me disse: é que eu estou com fome, eu disse, agora començamos a nos entender, toma dez pratas, come e traz o troco que eu vou ficar aquí esperando, esperei mas ele não voltou, acho que esqueceu. Acho que foi isso…
Saramago aconsejó: Se podes olhar, vê; se podes ver, repara. No cabe duda que El Carioca supo reparar.
Después, cansado del ruido, de la prisa, de la falta de solidaridad e indiferencia de los demás, decidió, una vez más, con el cambio de siglo, cambiar de piel. Y creó su nuevo país: un “barraco” en el lado uruguayo de Laguna Merin. La pequeña maqueta que lo acompañó tantos años se hizo realidad con sus propias manos y hoy su casa es visitada y admirada por quienes llegan a la Laguna. Allí el Carioca planta árboles, cría gallinas, cultiva la huerta, cuida su jardín, prepara y vende dulzuras. Y jugando, como el niño que es, escribe este libro donde mistura sus saberes y nos advierte: "A reproduçao desta publicação total ou parcial é autorizada à você que deseja um mundo mais doce."
Haciendo uso de este permiso, compartimos con ustedes la receta de un dulce típico de Brasil
QUINDÃO
Ingredientes: 10 gemas – 1 coco pequeño ralado – Medio kg de açúcar – 1 colher (de sopa) de manteiga derretida – 4 ovos inteiros
Maneira de fazer: Misture tudo, deixe macerar a noite toda. Coloque em forma untada com manteiga e açúcar. Asse, en banho Maria, por mais ou menos uma hora e meia. Desenforme frio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario