A pesar de ello, todos conocemos la inquietud de esos días en que las musas parecen no tener nada que decirnos.
Luz Pichel, poeta gallega, se lo toma con humor y propone drásticas medidas:
Poética
Quiere poner la gallina pero no puede.
No es ponedora.
Se pasó todo el día en el nido para poner un huevo
pero no hizo nada.
A la una de la tarde
miró, a ver qué había,
y vio un poco de paja.
A las cinco miró de nuevo
y vio una piedra pequeña, muy lisa,
muy bien hechita, pero no era huevo.
El huevo sigue allí,
No es ponedora.
Se pasó todo el día en el nido para poner un huevo
pero no hizo nada.
A la una de la tarde
miró, a ver qué había,
y vio un poco de paja.
A las cinco miró de nuevo
y vio una piedra pequeña, muy lisa,
muy bien hechita, pero no era huevo.
El huevo sigue allí,
rompiéndole la cabeza a la gallina.
¿Hacemos caldo?
¿Hacemos caldo?
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