"Te puedes sentar, viajero, en esta casa de piedras: es tarde tal vez bajo tu bandera, en tu patria. Aquí siempre es temprano y el fuego está por encenderse (...) Tú, si quieres permanecer o disolverte, puedes hacerlo. Lo único que se exige es azul"

Estas palabras de Pablo Neruda me parecieron oportunas y cálidas para darte la bienvenida. Sean, entonces, la puerta de entrada a mi casa de palabras. Con ellas y las de Octavio Paz comenzamos a navegar.

..... " La poesía /siembra ojos en las páginas /siembra palabras en los ojos /
..... Los ojos /se cierran. /Las palabras se abren."

martes, 10 de enero de 2012

Una utopía para la paz

Descenso de la ley de imputabilidad, creación de nuevas cárceles, grupos de vecinos en autodefensa, justicia por mano propia... Los uruguayos, alarmados por una violencia que atribuimos, muchas veces, a la "mano blanda" de los gobernantes, pensamos con nostalgia en la "tacita del Plata" y, al tiempo que sentimos crecer la inseguridad y el miedo, proponemos y discutimos diferentes soluciones.
Se ha dado así, por tanto, no sólo acá sino también en otros países, una extraordinaria acumulación de experiencias que intentan  proveer de respuestas totalizadoras y simplificadas a un problemo complejo.

Lejos estamos nosotros de pretendar dar la solución mágica. Pero queremos destacar dos experiencias que se están realizando en países paradigmáticos en lo que a violencia se refiere: México y Colombia. Allí, en medio de un escenario confuso de atentados, ajusticiamientos, mafia, droga y grupos paramilitares han surgido dos proyectos que apuntan a la literatura como forma de construir nuevas vías de comunicación entre los hombres: Narrar para Convivir proyecto de encuentros literarios en diferentes regiones del estado de Oaxaca. y el Festival Internacional de Poesía de Medellín, espacio de convergencia de poetas de todo el mundo convencidos de que la poesía puede edificar una realidad alternativa.
Ambos proyectos surgieron en los primeros años de la década del 90 y tienen un arraigo popular que ha permitido consolidar su continuidad.
"El proyecto Narrar para Convivir ha apostado a la regulación no violenta de los conflictos, que opera sobre todo en los conflictos individuales y que surge dondequiera que la cultura de los sentimientos pone a disposición de los hombres medios puros de entendimiento", se destaca en la descripción del proyecto.
Por su parte, la declaración inaugural del Festival de Poesía expresa que "...por su naturaleza misma, la Poesía se erige como antídoto contra la barbarie y en sustancia fundamental de conocimiento, en visión  y actitud nuevas y renovadoras del espíritu de la urbe conmocionada, sin ella no sería posible un nuevo lenguaje y la esperanza firme de la comunión entre los humanos..."
Además de estas coincidencias, este año el Festival homenajea el espíritu de los pueblos aborígenes, mientras que el proyecto Narrar para Convivir, por su parte, proyecta explorar la narrativa poética de los niños zapotecas del istmo de Tehuantepec.
Y reivindicar la memoria y la cultura de los pueblos indígenas significa, sin duda, reafirmar el caracter sagrado de la vida.

No sabemos si estas iniciativas podrán contribuir en algo a frenar la violencia que, a pasos agigantados, se va apoderando de todas las manifestaciones de la vida cotidiana. Tal vez sea una utopía imaginar que sí. Pero si la utopía sirve para caminar, como dice Eduardo Galeano, hay otra utopía que es la del poder negativo que nos querría hacer vivir sin caminar.
Caminemos, pues. Y celebremos que la garra charrúa nos haya permitido llegar a las semifinales del campeonato mundial de fútbol. Pero también sepamos reconocer en esta porfiada búsqueda nuestra de paz y entendimiento entre los hombres aquel lejano amor a la vida de nuestros indios.
Tal vez todo sea tan simple como eso. Tal vez sólo baste con la palabra. Porque lograr saberse comprender a través de la lengua es alcanzar, como lo señala el proyecto oaxaqueño " una esfera del entendimiento humano inaccesible por completo a la violencia"

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