En seguida los compañeros nos rodearon porque Martín estaba leyendo, y eso era interesante, y convocante, y me explicaron: él sabe leer. Entonces yo cometí la tontería de mostrarle un cartel que había en la pared y preguntarle: ¿y acá que dice? con lo cual recibí lo que me merecía: la carcajada de los chiquitos por mi ignorancia. No, él sabe leer libros, me aclararon.
Y yo me quedé maravillada, y avergonzada, porque ¡claro! no es lo mismo decodificar que leer un libro. Un libro está lleno de voces, un libro es sólo un pretexto para múltiples historias. El niño que inventa una historia que no tiene nada que ver con el texto ¿no sabe leer?
"Leer y escribir son construcciones sociales. Cada época y cada circunstancia histórica dan nuevos sentidos a estos verbos", dice Emilia Ferreiro en su libro Leer y escribir en un mundo cambiante.
Cuando hablamos de leer hoy, aún en los jardines infantiles, creo que deberíamos referirnos a este leer, de Martín, a este leer no con la mirada sino desde ella.
Creo que la escuela debería ocuparse de desarrollar esta mirada para que el niño sea capaz de leer también en los libros pero no sólo en ellos, que sea capaz de leer el mundo.
Todo radica en la mirada. Usar la mirada desbarata el aprendizaje, decía Walt Whitman. Y si nosotros, adultos, ya la perdimos nos va a ser muy difícil enseñar a leer. Tal vez podamos enseñar a decodificar, pero leer, hoy,está claro que es otra cosa.
qué linda enseñanza Mercedes. Un saludo!
ResponderEliminarMaravillosa entrada Mercedes
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