"Te puedes sentar, viajero, en esta casa de piedras: es tarde tal vez bajo tu bandera, en tu patria. Aquí siempre es temprano y el fuego está por encenderse (...) Tú, si quieres permanecer o disolverte, puedes hacerlo. Lo único que se exige es azul"

Estas palabras de Pablo Neruda me parecieron oportunas y cálidas para darte la bienvenida. Sean, entonces, la puerta de entrada a mi casa de palabras. Con ellas y las de Octavio Paz comenzamos a navegar.

..... " La poesía /siembra ojos en las páginas /siembra palabras en los ojos /
..... Los ojos /se cierran. /Las palabras se abren."

miércoles, 6 de mayo de 2015

Don Nicodemus

Hace muchos años que conozco a don Nicodemus. La primera vez que visité Oaxaca me llamó la atención su jarciería, un local pequeño y austero en la calle Mina. Artículos en hojalata, carrizo, madera. "Aquí no hay nada chino" comenta con orgullo su dueño. Me regaló entonces, con la primera compra, una hojita impresa con información sobre su Oaxaca: la historia del templo y convento de Santo Domingo.

Siempre que vuelvo a la ciudad lo visito y conversamos largamente, él me da la mirada profunda y sabia del lugareño que ama el sitio donde vive y que ha visto sucederse, a veces con dolor, cambios profundos en él. Porque don Nicodemus tiene ochenta y cuatro años y está al frente de la jarciería El arte oaxaqueño desde 1961.

- Estuvo cerca de recibir noticias mías hace un tiempo- me cuenta (me pidió mi mail en la segunda visita y tengo el honor de figurar en su Libro de clientes) - Había decidido cerrar cuando el negocio cumpliera cincuenta años pero los amigos no me dejaron. Una pena porque era un número redondo, ahora me veo obligado a seguir hasta los cien, agrega riendo. En el fondo está feliz allí, la jarciería es toda su vida.

- El menudeo da poco, me puedo mantener a flote por las ventas a los mayoristas, pero el alquiler del local es caro. Antes era más grande, pero he ido perdiendo territorio, cada vez estoy más cerca de la puerta de salida, vuelve a reír.

Los cambios en la ciudad no sólo perjudican a su negocio, también lo entristecen. ¡Hasta en el Mercado de Artesanías hay un cajero automático! Y las callecitas apacibles están colmadas de comercios donde se venden productos de todo el mundo. Recordamos juntos las noches en el zócalo con marimbas y niños y globos, los miércoles de danzón bajo el laurel, los rasperos, los artesanos que extendían sus colores en el suelo. Hablamos del conflicto de los maestros, de los empresarios, del gobierno, de la vida toda.

Entra un señor a la jarciería a preguntar el precio de las máscaras. Don Nicodemus contesta brevemente, no quiere abandonar la charla. El posible comprador se va.

- Va a pasar tiempo para que todo eso vuelva, pero yo creo que va a volver, dice, optimista, don Nicodemus. Porque Oaxaca es eso.

Al despedirnos me da nuevos papelitos sobre su ciudad: el origen de la Guelaguetza, anécdotas de la vida de Juárez. Después me envuelve dos mariposas de hojalata en papel de diario y me pregunta, deseando que le diga que no: - ¿precisará bolsita de nylon? 

No, claro que no, don Nicodemus; ya hay demasiado nylon por ahí. Sólo preciso volver dentro de unos años y encontrarlo otra vez.







1 comentario:

  1. Muchas gracias por sus palabras y su vista. Desafortunadamente, la tienda de don Nico cerrará este mes de agosto, mas información en facebook Jarcieria el "Arte Oaxaqueño": https://www.facebook.com/pages/Jarcieria-El-Arte-Oaxaque%C3%B1o/1451175048495279?ref=hl

    ResponderEliminar