A veces me sorprende la bandera de algún país lejano en el sitio que indica el tráfico de visitas. Pienso entonces qué bueno saber que en todo el mundo hay gente interesada por estos temas. Y siento cercanos a los amigos desconocidos.
Siempre creí que el oficio del escritor no es solitario, sino colectivo: aunque se ejerza en la soledad no está completo hasta que no llega al lector, y se multiplica, y toma su verdadero sentido.
En Los espejos de Anaclara escribí, hace un tiempo, este poema donde hablo de palabras, pozos y retornos. Hoy vuelvo a dejarlo aquí, para todos ustedes, con el agradecimiento por ese eco que día a día me devuelve, transformada y enriquecida, mi esperanzada palabra.
En el brocal del pozo
yo me incliné
y una palabra al fondo
dejé caer.
El espejo del agua
que se quebró
me robó la palabra
se la llevó.
Por un camino oscuro
se fue mi voz
yo me quedé pensando:
¿se me perdió?
Pero el eco del agua
me contestó:
siempre, la poesía
se hace de a dos.
Gracias Mercedes por este blog.
ResponderEliminarFelicidades, Mercedes.
ResponderEliminarJusto ahora estoy horneando un pastel para un cumpleaños especial y me gustará compartirlo contigo, con Anaclara, con los espejos y con esa voz poética que te hila por dentro.
Gracias por tu amistad.
Feliz Cumpleaños.